domingo, 23 de marzo de 2014

La huelga general ganó terreno y ya es una realidad

La huelga general ganó terreno y ya es una realidad      
PARAGUAY
Escrito por PT Paraguay   
Jueves 20 de Marzo de 2014
La huelga general convocada para el 26 de marzo de 2014 es el principal acontecimiento sociopolítico en la actual coyuntura del país. 

Ha ido ganando apoyo en todos los sectores explotados y oprimidos y podemos decir, sin temor a equivocarnos, que hoy, ya es una realidad. La vemos cercana, fuerte y firme.

No es exagerado decir que adquiere un carácter histórico para el pueblo trabajador de la ciudad y del campo, no tanto por el criterio de tiempo, sino por lo que está en juego y por los efectos posteriores. Luego de 18 largos años, el pueblo trabajador se juega la vida, por decirlo de alguna manera.

La ofensiva del gobierno colorado de Cartes es el contexto en el que la huelga general está convocada. Cartes, desde su arribo al poder, ha apretado las clavijas de todo el sistema político-institucional para concentrar más poder (modificación de la Ley de Seguridad Interna) y asegurar más ganancias a los sectores más poderosos del país, sobre todo a aquellos ligados capital trasnacional e imperialista.

La actitud general del gobierno se caracteriza por la soberbia ante el pueblo y sus organizaciones y el servilismo ante los empresarios y el capital extranjero.

Por el lado del pueblo trabajador la situación ha estado caracterizada por la atomización, la falta de confianza en las propias fuerzas, el agudo desprestigio –y con razón– de las dirigencias tradicionales del movimiento, que afecta la unidad y la moral, así como organizaciones con funcionamiento anémico y escasa representatividad.

Esta huelga es una acción clave

En este marco, la huelga general es una acción clave y fundamental que marcará en cierta manera la dinámica de la situación del pueblo trabajador, en el futuro inmediato.

Un éxito de la huelga, que se expresará en un acatamiento respetable y ánimo general con el que salga el movimiento de esta acción, insuflará confianza a sus fuerzas y a los distintos sectores sociales que lo componen; y en la contracara, el gobierno verá achicarse su espacio de maniobra y menguará su confianza ante las clases sociales en general, incluso afectará negativamente su actual cómodo muñequeo entre los distintos sectores de los capitalistas.

Si, por el contrario, la medida de fuerza es un fracaso, debilitará aún más a todos los sectores del movimiento popular y de discriminados en general, se reducirá todavía más su confianza, y desinflará acciones en el futuro inmediato. El gobierno y los capitalistas en general se sentirán a sus anchas y con los pechos henchidos para seguir con su ofensiva como hasta ahora; seguirán apretando la clavija de la explotación y la opresión en general.

Es por esta situación que todos los sectores debemos hacer lo que esté a nuestro alcance con gran entrega y sacrificio de todo tipo para que la huelga sea el peldaño inicial para la recuperación y reorganización del movimiento de los trabajadores y del pueblo en su conjunto. Con un movimiento más fuerte se podrá encarar las luchas en mejores condiciones.

La huelga general viene ganando volumen

En ese contexto, la huelga general viene ganando terreno. Se viene convirtiendo en un canal en el que todos los sectores sociales –los que sufren atropellos, injusticias, la explotación, la discriminación o la opresión en todas sus formas– están encontrando un canal de expresión y manifestación contra el gobierno colorado de Cartes.

El gobierno es consciente de este hecho y se demostró con el recientemente otorgado reajuste salarial de 10%. Luego de decir que no había condición alguna para ningún reajuste, cambió radicalmente y en un abrir y cerrar de ojos reajustó el Salario Mínimo Legal y está lanzando a todos sus ministros a negociar con las centrales sindicales. El objetivo que persigue es desinflar la huelga y si logra desactivarla, aún mejor.

Las centrales sindicales están firmes y aseguran que la huelga es irreversible. Es que los dirigentes son conscientes de que necesitan una huelga que les reposicione en una mejor situación.

Están todas las centrales

Un hecho positivo es que en esta medida de fuerza confluyen las ocho centrales sindicales existentes en nuestro país, sean de la orientación que fueran. Hasta la Central Nacional de Trabajadores (CNT), que venía negándose a convocar, se vio obligada a hacer un Congreso para decidir la convocatoria a la huelga. Esto fue producto de la fuerte presión que llega desde las bases y desde las diversas dirigencias y sectores sociales.

Las reivindicaciones son claras y hacen a problemas sentidos: reajuste salarial de 25% para equiparar a la pérdida acumulada del poder adquisitivo; derogación del aumento del pasaje, que éste vuelva a G. 2000; derogación de la Ley de Alianza Público Privada; por la Libertad Sindical y el fin de la criminalización de las luchas sociales. Esos son los puntos fundamentales, aunque cada sector social que se va acoplando, va levantando sus propias consignas.

Tiene también el apoyo activo de la inmensa mayoría de las organizaciones campesinas, indígenas, barriales, estudiantiles y populares.

Son muchas banderas y en el marco de la huelga general hay que alzarlas todas porque estamos ante una acción que galvaniza todas las reivindicaciones y amalgama todas las banderas.

No hay tarea más importante para todos los sectores sociales y políticos del pueblo trabajador que convertir la huelga general del 26 de marzo en un acontecimiento histórico favorable.

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