domingo, 1 de diciembre de 2013

Abou, el joven sirio que dejó sus estudios en Suiza para pelear contra Assad/ http://www.clarin.com/mundo/Abou-estudios-Suiza-pelear-Assad_0_1039096550.html

Abou, el joven sirio que dejó sus estudios en Suiza para pelear contra Assad

     Por Daniel Vittar
http://www.clarin.com/mundo/Abou-estudios-Suiza-pelear-Assad_0_1039096550.html

 

Tiene 21 años y es comandante de Brigada del Ejército Libre Sirio, que lucha contra las tropas de Damasco. Su familia huyó al Líbano.

    

Combatiente. Abou Maen, uno de los jefes rebeldes en Siria.

Visita. Abou Maen, combatiente rebelde en Siria, de visita en Buenos Aires.
 
Combatiente. Abou Maen, uno de los jefes rebeldes en Siria.

                                                                                                                    

 


30/11/13 - 20:28
Con sólo 21 años, Abou Maen llegó a comandante de Brigada en el Ejército Libre Sirio (ELS) en Minbej, Aleppo, desde donde intenta derrocar al régimen de Bashar al Assad. Pertenece a una familia acomodada de Damasco, cuyos integrantes tuvieron que huir a Líbano. Apenas comenzó la revuelta popular a comienzos de 2011, los padres lo enviaron a Suiza para protegerlo. Allí estudió Ciencias Políticas. Pero su compromiso social lo llevó de regreso a su país, para combatir a las tropas del dictador sirio. De paso por Buenos Aires, en el marco de una campaña internacional, dialogó con Clarín y dio detalles de la cruda situación en Siria.
 
¿Qué te dijeron tus padres cuando se enteraron que estabas combatiendo?
 
Mi padre me dijo sos un estúpido, no hagas eso. Y mi mamá fue más dramática, con llanto. Pero yo voy a seguir luchando contra este gente hasta el último respiro que tenga. Me da un sentimiento de libertad que me ayuda a seguir.
 
¿Cómo fue tu primer contacto con la guerra
 
La primera vez que fui al frente de batalla fue espontáneo. Tomé un rifle y me fui a combatir. El primer sentimiento que tuve fue de desprotección total porque frente a nosotros había dos aviones bombardeando y tanques disparando. Nosotros estábamos con armas viejas, que no podían matar ni a un ratón porque fallaban constantemente. Mis camaradas me hicieron una sola recomendación: no dispares a menos que sepas que le vas a dar al blanco, porque no teníamos balas suficientes para sostener un combate largo.
 
¿Cómo se organizan internamente para el combate?
 
En Minbej hay un Consejo Popular local creado por la misma gente para poder seguir viviendo. Ahí se organizan todas las actividades. Nosotros fuimos elegidos por el voto de la gente para comandarlo. Como había otras fuerzas en la región que estaban en contra nuestra, e intentaban eliminarnos, decidí crear una brigada armada de seguridad y un comando militar. Ambos responden al Consejo. Pero todo esto lo aprendimos en la práctica, porque no teníamos experiencia política. Cuando empezó no había ningún partido político que centralizara todo. Fue un movimiento de mazas. El único que intentó capitalizar esto fue la Hermandad Musulmana, pero fue repudiada por la gente porque la población no está de acuerdo con sus manejos.
 
Se habla de la crueldad del régimen. ¿Cómo se vive eso en lo cotidiano?
 
En un principio Assad tuvo una táctica muy inteligente. Como vio que en Egipto y Libia las movilizaciones se concentraban en las plazas centrales, hizo cerrar toda la ciudad de Damasco. Solo permitía el ingreso de aquellos que tuvieran identificación de la ciudad. La otra medida que tomó fue encarcelar a todos los jóvenes menores de 30 años en las principales ciudades. Entonces sólo veías a ancianos y niños en la ciudad. Hay que tener en cuenta que el 65% de la población siria es menor de 30 años, y más del 50 % de ellos no tenían trabajo.
 
Y en las calles, ¿cómo actúa?
La crueldad del régimen se vivió desde un principio en las matanzas que cometían en las manifestaciones. No buscaban disuadir a la gente, sino matar a la mayor cantidad posible. Yo vi amigos morir en esas manifestaciones. Te cuento solo un caso de la brutalidad del régimen. Un día organizó una manifestación a favor de Assad, cerca de una universidad. Cerró el lugar con vallas. Ese día había exámenes, pero se cancelaron para llevar a los estudiantes a la manifestación. Un amigo mío intentó saltar las cercas para escaparse, pero lo detuvieron. Lo apuñalaron 16 veces y después fueron a la casa de la familia y le entregaron el cuerpo cortado en varias partes. Le dijeron aquí tienen a su hijo. Otra cosa: los francotiradores disparan especialmente a las mujeres y a los niños, algo realmente enfermo porque vuelve loca a la gente.
 
Se nota mucha fragmentación entre los rebeldes. ¿Qué sucede con los grupos fundamentalistas que están interviniendo?
 
Sí, es un problema, una enorme dificultad. Hay grupos fundamentalistas, de la red Al Qaeda, que intentan permanentemente tomar el poder. Y nosotros realmente no tenemos las armas para poder enfrentarlos. Sólo tenemos el respaldo popular. El problema no es el Islam, sino el extremismo. El Islam es una cultura muy arraigada en la región, y mucha gente ve en el Islám su ideología de igualdad y justicia. El problema es el extremismo.
 
Se dice que reciben apoyo de algunas potencias occidentales ¿De dónde sacan las armas?
 
En un principio se liberaron áreas con armas de caza y bombas molotov. Luego empezamos a conseguirlas del propio régimen, cuando vencíamos a sus tropas. Pero hay que tener en cuenta que muchos militares del Ejército sirio se pasaron a nuestras filas, y lo hicieron con todas las armas que podían conseguir. Aún tenemos ese tipo de armas, que resultan viejas. No tenemos M16 ni nada por el estilo.
 
Hablemos de Hezbollah, el movimiento fundamentalista financiado por Irán que le está dando apoyo a Assad. ¿Fue definitoria su rol para que el régimen retomara territorios?.
 
Definitivamente. La primer batalla que tuvimos con Hezbollah fue en Al Qoseir, que queda entre Homs y el Líbano. Por supuesto para nosotros el Líbano era una vía de escape que nos permitía el acceso al mar. Así podíamos tener alimentos, medicamentos, armas. Como el régimen no podía vencernos, envió a las tropas de Hezbollah. Ahora Hezbollah ya está a la altura de Aleppo, ha cruzado casi todo el país.
 
¿Son tan buenos como dicen?
 
Son muy buenos. Son los mejores. El régimen necesita a Hezbollah porque la mayoría de su Ejercito rompió filas y se unió al Ejercito Libre de Siria. Como ahora no tiene tropas propias, el régimen vació las prisiones y les pagó a los criminales para formar parte de su ejercito.
 
Estados Unidos y las potencia occidentales dicen que no dan un apoyo claro porque el sector rebelde está muy dividido y temen un mal mayor.
 
Hay que ver el contexto regional. Hoy en día Arabia Saudita, Turquía, Jordania, casi todos responden al poder de Estados Unidos. Entonces les preocupa que lo que está ocurriendo en Siria se esparza por la región. Por supuesto que EE.UU. no tiene un lado claro para apoyar. Algunos porque son fundamentalistas. Nosotros, por ejemplo, no queremos su apoyo.
Lo que queremos es democracia. El ejercito libre de siria no es la revolución, es un producto de la revolución y representa a una parte del pueblo. El pueblo está luchando por demandas muy simples: educación para todos, salarios, libertad, libertad de prensa y por supuesto democracia. Quien pueda responder ante estas demandas podrá organizar y dirigir la Nación siria.
 
La izquierda en Latinoamérica apoyó durante mucho tiempo a Assad, así como a otros regímenes autoritarios. ¿Qué opinás?
 
El rol de la izquierda a nivel mundial es muy triste. Hay una revolución frente a ellos y no se dan cuenta. Ven a la clase trabajadora luchar por su futuro y no reaccionan. Dicen 'esto no es una revolución porque según Lenín o Trosky una revolución se hace de esta u otra manera'. Por ejemplo decían que Assad fue elegido democráticamente con el 95 % de los votos. Lo que no decían es que era la única opción, porque no permitía más partidos. Afirmaban que era socialista, pero en realidad el 35% de los bienes en siria son del primo de Assad y el resto es del propio presidente y su familia.
Seguramente escribiremos muchos libres cuando termine esta revolución y no tendrán nada que ver con la izquierda tradicional.