lunes, 6 de agosto de 2012

Amenaza de despidos en GM: ¿Cual es la trinchera de la CUT?


Escrito por Zé Maria*
Sábado 04 de Agosto de 2012
Ha sido noticia en todo el país el impasse surgido en las últimas semanas entre GM, de São José dos Campos, y el Sindicato de los Metalúrgicos local, ante la amenaza de la empresa de despedir a más de 1.500 trabajadores y de cerrar el sector de la fábrica denominado MVA (Montaje de Vehículos Automotores).

Los trabajadores se movilizaron, a partir del llamado del sindicato, realizando asambleas, marchas y paralizaciones exigiendo el mantenimiento del empleo.

El sindicato, frente a la negativa de la empresa en negociar cualquier alternativa que mantenga los puestos de trabajo, además de movilizar a los trabajadores, también ha exigido una acción concreta del gobierno federal, en el sentido de impedir los despidos. Al mismo tiempo en que reafirma su posición contra la transferencia de recursos públicos para las empresas, la organización ha llamado la atención del gobierno sobre el hecho de que el apoyo a ellas con recursos públicos (exención del IPI), torna aún más inaceptable el despido. Y que, al socorrer a la empresa con la reducción de impuestos, el gobierno está más que obligado a socorrer a los trabajadores amenazados de despido.
Frente a esta polarización y al pedido de solidaridad difundido por el Sindicato y por la CSP-Conlutas (Central Sindical y Popular, a la cual el sindicato local es afiliado), de todo el país han llegado manifestaciones de apoyo a la lucha de los obreros para defender sus puestos de trabajo. Recientemente, las centrales Fuerza Sindical, CTB, UGT, NCST y CGTB, divulgaron una nota en la que “repudian la actitud de GM, que pretende despedir a 1,5 mil trabajadores” y “se solidarizan con los trabajadores y el Sindicato de los Metalúrgicos de São José dos Campos”. La CTB y Fuerza Sindical enviaron una representación a São José para prestar solidaridad.
Destaco, entre los apoyos recibidos, la manifestación de estas centrales por dos razones. Primero, porque nosotros (el Sindicato de São José y la CSP-Conlutas) tenemos con ellas varias diferencias políticas importantes, lo que realza aún más el simbolismo y la importancia de la solidaridad prestada. En segundo lugar, porque la manifestación de ellas destaca aún más el absurdo de la posición adoptada, hasta aquí, por los metalúrgicos de la CUT del Estado de São Paulo.
La CUT aún no se manifestó oficialmente sobre el conflicto establecido en São José dos Campos. Sin embargo, la dirección del Sindicato de los Metalúrgicos del ABC (SMABC) -lo más importante de la central- y todo el sector metalúrgico de la CUT del Estado de São Paulo, sí se manifestaron. Y se manifestaron contra el Sindicato de São José. ¡Ninguna crítica a la empresa! Sería del sindicato, según este sector, la culpa de los despidos por no saber negociar con la empresa. Es este el contenido de todas las manifestaciones de la dirección del Sindicato de los Metalúrgicos de Taubaté/SP (afiliado a la CUT) y, también, es este el contenido del material publicado en “Tribuna Metalúrgica”, periódico del Sindicato de los Metalúrgicos del ABC, en su edición del 25 de julio del 2012.
Y lo más triste de la situación es constatar la semejanza entre los argumentos usados por estos dirigentes sindicales cutistas con los argumentos usados por GM para criticar al Sindicato de São José y tratar de justificar los despidos. Parecen más portavoces de la empresa que sindicalistas que deberían defender a los trabajadores. Sustentan que esa situación es generada por la “falta de habilidad” del sindicato en “negociar con la empresa”.
La subordinación del sindicato al interés de las empresas

Las unidades de GM instaladas en Brasil son las más lucrativas de toda la compañía en el mundo. Y la unidad de São José es la que asegura más ganancia para la compañía, respondiendo a cerca del 35% de la facturación de GM en nuestro país. Incluso así, la empresa alega que es anti-económico seguir produciendo carros ligeros en Sao José dos Campos, porque la mano de obra sería “muy cara”, los salarios “muy altos”. Prefiere producir los vehículos en unidades donde la flexibilización de los derechos, negociada por los sindicatos, convertirá a la mano de obra “más barata”. Vea, la empresa no alega que está teniendo prejuicio (ni podría, pues ella está teniendo mucha ganancia). Lo que ella dice es que la ganancia será mayor
donde la mano de obra fuera más barata.
Increíble que, en un contexto como este, no haya unanimidad en el movimiento sindical en repudiar la posición de la empresa. Vea que ni siquiera es verdad que el sindicato se haya negado a negociar como la empresa dice, refiriéndose al conflicto que hubo en el 2008. Hubo negociación y hubo acuerdo, en aquella oportunidad. Ni siquiera fue lo que la empresa quería. Tampoco fue el acuerdo que el sindicato quería, pero este trató de hacerlo llegar a lo más próximo que la relación de fuerzas permitió de lo que eran los intereses de los trabajadores, en aquel momento. No aceptó la flexibilización pretendida por la empresa.
Al criticar la “falta de habilidad” del sindicato de São José en negociar, la dirección del SMABC asume para sí el criterio de la empresa, según el cual una negociación bien hecha, o hecha con “habilidad”, es aquella que atiende las necesidades de la empresa. Se trata de la negación completa de aquello que ya fue la CUT un día, cuando había claridad que en la negociación colectiva, el sindicato representa y defiende los intereses de los trabajadores. El interés de las empresas tendría que ser representado y defendido por la Federación de las Industrias.
Se entiende la posición de la dirección del SMABC, pues éste fue uno de los sindicatos que negoció la flexibilización de los derechos de sus representados, convirtiendo la mano de obra en su base “más barata”. Además, fue el sindicato precursor de esta política dentro de la CUT y uno de los precursores de esta práctica en el país. Sin embargo, antes de criticar al sindicato de São José, los compañeros de la CUT deberían reflexionar: si los derechos de los trabajadores no hubiesen sido flexibilizados en el ABC y en otras regiones, GM (o cualquier otra ensambladora) no podría contar con ese recurso para atacar y chantajear a los trabajadores en São José (o en cualquier otra base). ¿No estaríamos así, todos los trabajadores (y sus sindicatos) más fuertes para enfrentar el furor de ganancias de estas multinacionales?
La posición de este sector de la CUT, ante la ofensiva de GM para despedir trabajadores y  para imponer la flexibilización de los derechos de nuestra clase como norma, muestra como, políticamente, estos sindicatos están cada vez más subordinados a la lógica y a los intereses de estas grandes empresas multinacionales. Transformándose cada vez más en brazos auxiliares de estas empresas en su esfuerzo por restructurarse, disminuyendo costos para disputar mercados y aumentar las ganancias.
El sindicato como instrumento de las empresas para aumentar sus ganancias

El material publicado,
el 31/7/12 en Valor Económico es bastante ilustrativo de esta situación. Conforme a lo que informa el periodista Marli Olmos, las empresas, particularmente las ensambladoras de vehículos, adoptaron, como criterio para definir el lugar donde harán sus inversiones, la presencia de un sindicato dócil, dispuesto a aceptar el papel de colaborador de la empresa, para asegurar costos de mano de obra cada vez más bajos.
La claridad y “sin contemplaciones” con que es tratado el tema en el artículo muestra cuán naturalizada está la idea, según la cual los trabajadores deben aceptar una degradación cada vez mayor de su condición de vida, para que las empresas lucren cada vez más. La capacidad de “negociación” (mejor sería decir, colaboración) de los sindicatos es “enaltecida”, como si eso fuese una cualidad. Se trata de la eliminación, disminución o flexibilización de los derechos de los trabajadores para “atraer inversiones”, como si eso fuese algo deseable para nuestra clase.
Nada de eso sería posible sin la complicidad y ayuda de los sindicatos, en particular de los sindicatos más importantes del país. Y de centrales sindicales, como la CUT (de las demás grandes centrales nunca se tuvo la expectativa de que pudiesen ser un contrapeso a estas ideologías patronales).
No es razonable creer que estos dirigentes no sabían que este es un “saco sin fondo”. Cuando las empresas consiguieran hacer llegar las condiciones de trabajo, en Brasil, al “patrón chino”, van a tratar de rebajar el patrón en China aún más. Sólo para, después, rebajar nuevamente las condiciones aquí, en nuestro país. Se trata de un círculo vicioso que no tiene fin. Para aumentar las ganancias de estas empresas, el trabajador va a volver a ser tratado como esclavo, ganando a cambio de su trabajo apenas lo suficiente para alimentarse y continuar trabajando.
La propuesta de cambios en la CLT para crear el ACE -Acuerdo Colectivo Especial
Es parte de este mismo contexto la propuesta presentada (no por coincidencia) por la dirección del Sindicato de los Metalúrgicos del ABC/CUT, de cambio en la CLT (Consolidación de las Leyes del Trabajo), para crear el llamado Acuerdo Colectivo Especial. Se trata de crear condiciones que conduzcan a una mayor flexibilización, eliminación y disminución de los derechos de los trabajadores, a través de la negociación y contratación colectiva. Esta propuesta no responde al interés de los trabajadores. No sólo porque estamos en contra de la flexibilización sino, también, porque la legislación actual no impide acuerdos que establezcan condiciones mejores de lo que las garantizadas en la ley.
El interés, en este tipo de propuesta, es de las empresas, que sí necesitan superar las barreras (pocas, es verdad) que aún existen en la legislación, para rebajar aún más los derechos, precarizando y degradando aún más las condiciones de trabajo de nuestra clase. Necesidad que se intensifica, aún más, ante la crisis que vive la economía en todo el mundo. ¿Para qué? Para aumentar su competitividad o, dicho de otra forma, preservar y aumentar sus ganancias.
Toda esa situación sólo resalta el triste destino que estos dirigentes cutistas impusieron al Sindicato de los Metalúrgicos del ABC, que ya fue referencia de lucha para toda la clase trabajadora brasileña. Por otro lado, si sumamos, a todo eso, el vínculo cada vez más fuerte de la CUT y de estos sindicatos a los gobiernos del PT, tenemos un cuadro que dice mucho sobre la naturaleza de la organización en que la CUT se viene transformando en los últimos años.
Sao Paulo, 31 de julio del 2012
* Zé María es director de la Federación Democrática de Metalúrgicos de Minas Gerais y miembro de la Secretaría Ejecutiva Nacional de la CSP-Conlutas.

Traducción:
Laura Sánchez