viernes, 3 de septiembre de 2010

Corte de Paraná Metal autopista


Gran corte de autopista de los obreros de Paraná Metal por la reapertura plena de la fábrica, según diario La Capital de Rosario






Accidente en la mina chilena: ¿Reality show o tragedia anunciada?

Escrito por Alejandro Iturbe


En la primera semana de agosto, un accidente en la mina San José, ubicada cerca de la ciudad de Copiapó, región de Atacama, Chile, dejó 33 trabajadores mineros atrapados y aislados dentro de los túneles de la mina. Durante varios días, no se supo si había sobrevivientes, pero luego se pudo tomar contacto con ellos y saber que estaban bien, ya que habían podido alcanzar un refugio con oxígeno y cierta cantidad de agua y alimentos.


A partir de allí, comenzaron a planificarse las tareas concretas de rescate, que demandarán no menos de 90 días ya que debe perforarse un túnel de 688 m de profundidad, con muchísimo cuidado, para evitar el derrumbe de las paredes de la mina. Mientras tanto, los trabajadores reciben alimentos y otros elementos a través de una sonda, por la que, incluso, pueden comunicarse con el exterior. El saber que los mineros estaban con vida y el poder tomar contacto con ellos trajo una gran alegría a sus familiares, amigos y colegas, algo totalmente comprensible.


Una cortina de humo televisiva


Pero al mismo tiempo, dio inicio a una especie de siniestro reality show televisivo, sobre la vida de los mineros en el pequeño lugar donde están refugiados, los contactos con sus familiares, la marcha de la perforación del túnel de rescate, etc. Un “espectáculo mediático” que incluye desde notas sobre la vida sentimental de algunos trabajadores hasta el asesoramiento de expertos de la NASA (la agencia aeroespacial estadounidense) sobre cómo organizar la vida de grupos de personas que deben convivir largos períodos en espacios reducidos.


Un reality show que, además, está siendo utilizado como una cortina de humo que intenta ocultar las verdaderas causas de fondo de esta situación: la negligencia empresaria y la complicidad gubernamental que provocaron el accidente.


Una tragedia anunciada

El accidente claramente pudo haberse evitado. En julio pasado, ante el Ministerio de Minería, el sindicato de los trabajadores de San José denunció las “malas condiciones laborales”, “los continuos accidentes de trabajo”, que “no existían las necesarias vías de escape” y que el refugio en el que ahora están no contaba con todos los elementos necesarios.


El sindicato llegó a pedir al organismo encargado de definir si la mina podía funcionar o no que la cerrase de modo provisorio, hasta que estos problemas fuesen resueltos, considerando que muchos de ellos venían de varios años atrás (ver declaración del FRIC en este site). Pero el Ministerio no cerró la mina, sólo se limitó a imponerle una multa equivalente a menos de 60.000 dólares (poco más de 1.800 dólares promedio por cada trabajador cuya vida se puso en riesgo).


Después del accidente, con total hipocresía, los dueños de la mina pidieron “perdón” a través de la prensa. Mientras el gobierno de Piñera trataba de salvar la ropa denunciando la “responsabilidad de la empresa” y diciendo (¡ahora!) que sería “investigada y castigada”.


Una combinación letal


En el caso de la mina chilena, por suerte, el accidente no terminó con muerte de los trabajadores. Pero no ocurre lo mismo en muchos otros, en todo el mundo. Un informe conjunto de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) y la OMS (Organización Mundial de la Salud) señala que, anualmente, se producen alrededor de 270 millones de accidentes de trabajo que dejan unos 500.000 muertos. Sumados al 1.700.000 provocados por enfermedades profesionales totalizan más de 2.200.00o de fallecidos anualmente por causas laborales. El informe concluye que el número anual de accidentes, heridas y muertes está aumentando.


La negligencia patronal que, para abaratar costos y aumentar sus ganancias, deja de hacer las obras y tomar medidas de seguridad necesarias, se junta con la complicidad gubernamental, una legislación cada vez permisiva y jornadas de trabajo cada vez más extenuantes. Es una combinación letal que provoca no sólo numerosos accidentes sino crecientes enfermedades laborales. En los costos empresarios, la variable de ajuste es la vida de los trabajadores (“la más barata de las herramientas”, según un viejo dicho de la patronal).


Como decían los carteles en las marchas antiglobalización: “el capitalismo mata”: Psara salvar la vida de los trabajadores, hay que eliminar al capitalismo.
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Alejandro Iturbe es editor de la revista de la LIT-CI Correo Internacional .

Argentina: ¡Todos somos Paraná Metal!

Hace más de un año y medio que los metalúrgicos y el pueblo de
Villa vienen peleando por los puestos de trabajo y un plato de comida
para las familias obreras de Paraná Metal. Hoy los compañeros
dijeron ¡Basta! a estos buitres, a estas aves de rapiña como
Cristóbal López, que lo único que hacen es destruir a la clase obrera,
presionando con la baja de sueldos… con despidos encubiertos
como retiros “voluntarios”.


¿Qué hace ante esto el gobierno “nacional y popular”?


El Estado subvencionó con fondos de la Anses a la multinacional
yanqui General Motors ante la quiebra de su casa matriz. Hoy el
gobierno permite que esa misma empresa, que se encuentra a 40
km de Paraná Metal, se niegue a comprarle. ¡Argumentando que
está en convocatoria de acreedores! ¿Cómo puede ser que se esté
por llegar al récord histórico en la fabricación de automóviles en el
país y Paraná Metal no tenga producción?
¡Basta de chantajes! ¡Qué el Ministerio intime a Cristobal
López a pagar los salarios adeudados!


¡Ninguna ilusión! No hay empresarios “responsables”


La solución la debemos tomar los trabajadores en nuestras manos.
Exigiendo
que el Estado se haga cargo de las inversiones y
subsidios necesarios para producir bajo control de los
trabajadores y garantizar su colocación en la industria
automotriz.

Ya aprendimos de las lamentables y vergonzosas experiencias
en la papelera ex Massuh de Quilmes y en la autopartista Mahle de
Rosario. La ex Massuh fue cerrada después de un año de “salvataje”
al patrón vaciador, que encabezó Guillermo Moreno con el
fideicomiso del Banco Nación hasta que quebró. La Mahle, que de
la mano del «socialista» Binner, encontró un nuevo “inversor”
(Basualdo) funciona hasta hoy con el 10% de los obreros.


La lucha por Paraná Metal es una lucha de todos


Desde el Comité de fusión Frente Obrero Socialista - Corriente
Obrera Internacionalista
comprometemos nuestro apoyo
incondicional a todas las medidas resueltas en asambleas
soberanas de los trabajadores de Paraná Metal.
El gobierno «socialista» de Binner no puede hacerse el distraído.
La abundancia cerealera de Santa Fé debe servir para que la
provincia se haga cargo de aportar las inversiones necesarias para
mantener los puestos de trabajo, reviviendo la producción de Paraná
Metal bajo control de sus trabajadores.
La marcha de CTA el 26/08 tomó el reclamo del pueblo de Villa.
Proponemos que ese apoyo continúe con un
paro y plan de lucha
nacional de la CTA.
Proponemos
exigir una acción solidaria de la UOM y la CGT a
nivel nacional.
¡La UOM y la CGT no pueden permanecer en
silencio! El destino de 900 familias de metalúrgicos representan un
compromiso de lucha para todos los obreros metalúrgicos y el resto
de los trabajadores del país.
Hagamos asambleas que exijan a la UOM y la CGT medidas de
apoyo a Paraná Metal. Que los cuerpos de delegados y congresos
seccionales de la UOM resuelvan el
aporte al fondo de lucha de
las cuotas sindicales
. Apelamos también a todos los sectores de
trabajadores y organizaciones sociales para que tomen este reclamo
y hagan llegar su solidaridad.


Comité de Fusión


Frente Obrero Socialista (FOS)


Corriente Obrera Internacionailsta (COI)


Liga Internacional de los Trabajadores
Cuarta Internacional (LIT - CI)


Av. Belgrano 3315, Capital Tel: 3535 0830


www.litci.org