jueves, 22 de julio de 2010

La izquierda argentina y la nueva central (parte II)

El Conclat despertó interés en un sector de la vanguardia obrera en nuestro país. Publicamos la segunda parte del debate con la izquierda argentina.
En junio se fundó una central obrera clasista en Brasil, representativa de millones de obreros, que enfrenta a las centrales que apoyan a Lula. Un sector minoritario, la Intersindical, se retiró del Conclat y de la nueva central, aislándose de este rico proceso. Pero la nueva central ha comenzado a caminar. Continuamos extrayendo enseñanzas de lo ocurrido, ahora en polémica con el PTS y el nuevo MAS.

¿A favor o en contra de la unificación Conlutas-Intersindical?

La Verdad Obrera 369 (periódico del PTS) publica un artículo de su organización en Brasil (LER-QI) que intenta un balance del Conclat. En él se dice que “El proceso de fusión no expresaba una aproximación real de estas corrientes en la lucha de clases”. Agrega que el “El Conclat explotó por la fragilidad y la superficialidad de los acuerdos programáticos y estratégicos.” Y concluye que “no había bases programáticas para la fusión”.
En primer lugar cabe aclarar que, en base a los 23 seminarios provinciales y regionales y al Seminario Nacional previo al Congreso, se votó en el Conclat un documento de coyuntura nacional con un programa y un plan de acción. Además, fue aprobado el Estatuto y un documento con los principios, estrategia y programa de la nueva Central, donde se incluyen cuestiones fundamentales como la independencia política de la clase obrera frente a la burguesía y el Estado, el rol protagónico de la clase obrera y el carácter de la nueva central, la defensa del método de la acción directa, de la unidad para luchar, de la democracia obrera, del internacionalismo y del socialismo.
Evidentemente no es lo que pretendía la LER-QI, que critica el hecho de que no había “acuerdo” sobre el “chavismo y Venezuela”, sobre “Cuba”, sobre el “Bloque de Izquierda en Portugal”, y sobre el “rescate griego”. O sea, para ellos el programa y los principios expresados en los documentos no alcanzaban. Los compañeros parecen no saber donde estaban. Aclaramos: se trataba de un Congreso de fundación de un organismo de frente único y no de un partido revolucionario. Estos son ámbitos distintos, que tienen exigencias programáticas distintas, y hay que saber diferenciarlos. De lo contrario, liquidamos cualquier proceso de reorganización del movimiento obrero. El del PTS es otro tipo de aparatismo, distinto del MST e IS: es el aparatismo de las sectas.
Otra crítica que hacen es que el Conclat no votó la “solidaridad activa” a las luchas y cita como ejemplo la huelga de la USP. Esto no es verdad. Es conocido en el movimiento sindical del país, que el apoyo y la búsqueda de unificar las luchas eran característicos de la Conlutas. Por eso el propio sindicato de los trabajadores de la USP era afiliado a ella. En el caso de la huelga, además del apoyo material, el día 16 de junio, inmediatamente después del Conclat y cumpliendo con una de sus resoluciones, la nueva Central organizó una acción unificada de los gremios en lucha en San Pablo (ver recuadro). Acusar de ayudar al aislamiento de la huelga es un delirio que cae muy mal en lo mejor del activismo obrero.
Pero lo que no queda claro en el artículo es cuál fue la posición que tuvo la LER-QI frente a la unificación con la Intersindical. ¿Estaban a favor o en contra? Coherente con sus críticas de que no había bases programáticas para la fusión, debió estar contra la unificación. Pero eso no lo sabemos porque no han dicho nada sobre el tema, incluso en el propio Congreso. ¿Qué votaron sobre las principales polémicas del Conclat? Tampoco queda claro. De todas maneras, lo que sí sabemos es que los compañeros estaban en la Conlutas (vinieron después de un periodo donde siguieron en la CUT y atacaban la Conlutas de divisionista) y siguen ahora en la Nueva Central. Saludamos eso.

¿Y el nuevo MAS?

Tampoco queda clara su posición frente a los debates del Congreso. En Socialismo o Barbarie 178, se intenta explicar las “Razones de fondo del fracaso”, al referirse a la ruptura del Conclat por parte de la Intersindical.
Se intenta dar una explicación “objetiva” al proceso. Se hace una larga digresión sobre el carácter corporativista y estatal del movimiento sindical, del carácter superestructural de los sindicatos, la falta de ascenso, de un nuevo activismo etc. Y como todo eso incide en el proceso de reorganización.
En ese marco hace la crítica de que el PSTU, lejos de combatir las presiones de ese proceso, se adapta a ellas. Tal crítica no cabe. Es muy conocido el hecho de la Conlutas durante su construcción tomó la iniciativa de abrir este debate en el movimiento sindical del país. Además de seminarios, resoluciones y tesis sobre el tema, el propio Zé Maria publicó un libro (“Los sindicatos y la lucha contra la burocratización”) que trata sobre el tema y fue ampliamente leído por la vanguardia obrera. Pero, igual que la nota del PTS, tampoco queda claro cuál fue la posición de los compañeros frente a la unificación. ¿Estaban a favor o en contra? No lo sabemos, porque ni siquiera lo expresaron en el plenario del Conclat.
Además queda expuesta una contradicción en la nota que termina diciendo: “En síntesis: todo lo que venimos señalando no quiere decir que desconozcamos el carácter progresivo de CONLUTAS y la derrota real que ha significado - para el proceso de recomposición de los trabajadores en Brasil – el fracaso del Congreso de Unificación. Desde Praxis – integrante de la corriente SoB – nos colocamos en el terreno de la experiencia de CONLUTAS.” A pesar de la contradicción entre el análisis y la síntesis, también los saludamos por quedar en el terreno correcto.
Pero justamente este reconocimiento es el principio de las conclusiones: ¿Será que el PSTU no tiene nada que ver con ese “carácter progresivo”? Sería bueno reflexionar que hoy los compañeros tienen un “terreno donde colocarse”, gracias a la lucha y la orientación de una dirección: el PSTU, que puso todos sus recursos, sin aparatismo ni sectarismo, al servicio de esta construcción. Es interesante comparar con lo que no hemos logrado avanzar en Argentina en ese sentido.

La izquierda argentina y la nueva central (parte I) (2010-07-06)

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