domingo, 19 de septiembre de 2010

Argentina: ¡Los estudiantes se plantan contra la crisis educativa!

¡Los edificios se caen y los secundarios se levantan!

En las últimas semanas más de 20 colegios de la ciudad de Buenos Aires han salido a reclamar por mejoras edilicias, ya que muchos de ellos se caen a pedazos, hay ratas o cursan en edificios prestados. El reclamo incluye también viandas, becas y boleto estudiantil.


Pero esto no es una cosa nueva. Los reclamos edilicios llevan años de historia. Podemos recordar cómo en el 2008 miles de estudiantes cortaron las calles envueltos en frazadas para pedir estufas y también por arreglos edilicios, como en el Otto Krause donde había caído un trozo de techo sobre una chica.


También vemos que se transforman en rutina situaciones como la del Normal 7, que presenta 1 o 2 veces por año cartas o hace marchas para volver a tener un edificio propio. O que nos acostumbramos a ver fachadas de distintos colegios como el Acosta o el Nacional Buenos Aires, rodeadas de vigas anunciando un arreglo que nunca finaliza.


Esto es así, por una clara política de abandono y destrucción de la escuela pública, de falta de inversión por parte de los sucesivos gobiernos porteños y que, ahora, sigue Macri.


Frente a las interminables protestas que no acalla el “bicicleteo” de los funcionarios, hoy el gobierno de Macri comienza a presentar alguna solución a problemas de unos pocos colegios. Pero promete comenzar las construcciones el año que viene y no propone soluciones al conjunto, postergando así, una vez más, lo impostergable.


Por ello debemos seguir exigiendo viandas, becas y el comienzo inmediato de las obras en todos los colegios, controladas por una comisión de alumnos, para garantizar que no sean paradas a mitad de camino.
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A 34 años de la noche de los lápices

¡Los lápices siguen escribiendo!


Hace 34 años, los secundarios forjamos una importante lucha que fue cobardemente reprimida, costando la vida de muchos compañeros. Este hecho nos ha marcado por generaciones y lejos de desanimarnos ha sido fuente inspiradora de peleas como la que estamos llevando hoy.

La lucha por el boleto estudiantil

El boleto estudiantil primario fue establecido en 1952. En la época de Onganía se extendió a los secundarios, otorgándoles un 20% de descuento. Sin embargo, a pesar de la disposición provincial, en La Plata no se implementó el boleto secundario. En la primavera de 1975 ese fue el tema de la discordia.


El 4 de septiembre los estudiantes realizaron una asamblea de más de 300 en la que se decidió movilizar. Al día siguiente 3.000 secundarios salían encolumnados de sus colegios hacia el Ministerio de Obras Públicas para entregar un petitorio por el Boleto Estudiantil Secundario. La represión no se hizo esperar: 20 granadas de gases lacrimógenos en apenas 5 minutos. El 13 de septiembre se anunciaba la conquista del boleto, por primera vez en La Plata.


Paralelamente la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) hacía crecer el horror con sus asesinatos. Luego de comenzar la dictadura, 24 de marzo de 1976, en las universidades se impusieron rectores militares y en los secundarios se envalentonaba la derecha. Corrían rumores de que el boleto iba a ser suprimido. Los estudiantes realizaban asambleas clandestinas porque sospechaban que era para “deschavar” activistas.

Crónica de la pesadilla

Ni bien comenzó el día 16 de septiembre, bandas militares ingresaron a la casa de María Clara Ciocchini, en la que también estaba María Claudia Falcone. Ambas fueron secuestradas a los 16 años.


A las 2:35 un grupo de encapuchados entró a la casa de Claudio de Acha, 17 años, se lo llevaron arrastrándolo por el pasillo. A las 4:40 fueron a lo de Horacio Ungaro, 17 años, quien estaba con Daniel Racero, 18 años; los interrogaron y los sacaron a la rastra por las escaleras. A las 5:00 secuestraron también a Francisco López Muntaner, 16 años. Finalmente el día 21 de septiembre se llevaron a Pablo Díaz, 18 años.


En los Centros Clandestinos de Detención fueron torturados y vejados. De los 7, sólo Pablo Díaz sobrevivió, el resto está desaparecido.

El 16 de septiembre hoy

Es lamentable que a raíz de la lucha de los secundarios se hayan vuelto a escuchar cosas tales como pedidos de listas de activistas por parte del gobierno de Macri. Muchos medios se dedicaron a criticar el “salvajismo” de los estudiantes al tomar las escuelas, argumentando a su vez que, por ser menores, no tenían derecho a reclamar.


Hoy más que nunca el 16 de septiembre es una cita de honor para los centros de estudiantes secundarios. Y es una gran oportunidad para que ese día nos unifiquemos y expresemos en una gran acción todos los sectores educativos que venimos luchando.


Defender la educación pública y gratuita es el mejor homenaje que se puede hacer a los estudiantes desaparecidos, pues es continuar su lucha. ¡Juicio y Castigo a todos los genocidas!; ¡Aumento de presupuesto educativo! ¡Solución inmediata de los problemas edilicios!
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¡Extender y unificar las luchas! ¡Vamos por un gran 16!

Con tomas, marchas y cortes de calles, al cerrar esta edición los estudiantes secundarios entramos en la cuarta semana de lucha por mejores condiciones edilicias y presupuestarias, entre otras reivindicaciones.


Días pasados, se sumaron los universitarios. Sociales (UBA) e IUNA fueron tomadas y hay otras facultades que empiezan a movilizarse por sus propias demandas. En esta semana los estudiantes de Filosofía y Letras (UBA) iniciaron una toma con jornada de lucha. Y en la Facultad de Ingeniería se tomó el Consejo Directivo.


Estas peleas chocan directamente contra los proyectos educativos de los gobiernos. Macri gastó sólo un 7% del presupuesto para infraestructura escolar en 2010. Además, en los últimos años, recortó el presupuesto de la educación pública y aumentó los subsidios a escuelas privadas.


Paralelamente, Cristina Kirchner, aplicando la Ley de Educación Superior (LES) privatista de Menem, somete la educación a un terrible ahogo presupuestario. Por esto, no podemos confiar que el ministro porteño Bullrich y los gobiernos universitarios van a atender, sin mucha pelea, nuestros reclamos, y los llevarán a cabo en tiempo y forma empezando por los planes de obras que necesitamos.


En secundarios, la lucha ya los obligó a iniciar las negociaciones, anunciar la reformulación del plan de obras, y que se declarara anticonstitucional la entrega a la policía de los nombres de los activistas para su posterior procesamiento. Sin embargo, el gobierno porteño no se queda tranquilo y amenaza con extender las clases hasta febrero, para dividirnos y frenar nuestra lucha. En la UBA, siguen los procesamientos de los dirigentes de Centros de Estudiantes.


No debemos asustarnos ante estas amenazas. El plan de todos los gobiernos, es el del Banco Mundial y las multinacionales: poner educación pública al servicio de las empresas y transformarla en un negocio. Pero los estudiantes estamos complicando la aplicación de estas políticas.


Para salir victoriosos es fundamental extender y unificar nuestras reivindicaciones y cada uno de los conflictos. Tenemos que sumar a otros sectores como los docentes, estatales y no docentes. Una oportunidad para eso es el día 16 de septiembre: debemos transformarlo en un gran día de lucha con paros, tomas y otras acciones, culminando en una gran marcha educativa unificada.


Y en cada escuela y facultad nuestra preocupación debe ser realizar acciones que incorporen el máximo de compañeros, evitando acciones minoritarias que fomentan la división.


También es necesario aumentar nuestra organización, fortaleciendo más que nunca el accionar democrático, eligiendo delegados en todas las escuelas y facultades, y decidiendo todo en asambleas.

¡Extender y unificar las luchas!

¡Construir un gran 16 de septiembre!

¡Por el inmediato aumento de los presupuestos!

¡Basta de edificios que se caen!

¡Mejoras edilicias ya!

¡Por becas, viandas, comedores, boleto estudiantil y materiales de estudio!

¡Salarios dignos para docentes y no docentes!

¡Basta de amenazas y procesamientos a los estudiantes!

¡Por la inmediata derogación de la LES!

¡No a la CONEAU! Fortalecer nuestra lucha: ¡delegados para discutir y asambleas para decidir!
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Toma en sociales

¡Edificio Único y Presupuesto Ya!


El martes 31 agosto, las malas condiciones de la Facultad de Sociales- UBA quedaron evidentes, cuando se desprendió una placa de vidrio desde una altura de dos metros, en la sede de Marcelo T. de Alvear. La bronca estalló cuando el Consejo Directivo se negó a tocar el tema, culpabilizando del hecho a los estudiantes.


Desde ahí, organizamos una asamblea y se vota la toma. Al día siguiente, ésta se extiende a las sedes de Constitución y Ramos Mejía. La movilización se masifica con grandes asambleas de cerca de mil estudiantes, cortes de calles y marchas en unidad con los secundarios de Capital, IUNA y trabajadores de educación en lucha.


El edificio único lleva 8 años y más en construirse. En el 2008, reclamamos y obtuvimos la concreción del primero de los tres pliegos. Pero la obra sigue paralizada y las sedes se caen a pedazos. Mientras, en 2 años, le terminan un edificio nuevo a los posgrados arancelados de Económicas.


En la educación hay claramente dos modelos: uno, encarado por Hallú y los decanos “progresistas”, como Caletti, de vaciar la Educación Pública, para generar negocios con ella; el otro que hemos defendido intransigentemente, con años de lucha, la educación como derecho. Así, en cada lucha tratan de procesar a los dirigentes estudiantiles.


Las razones para tomar Sociales sobran: el vidrio, las becas, los apuntes, los comedores, el estado de baños y aulas, los docentes no pagos, la desacreditación de posgrados a la CONEAU, el edificio único mismo.


Nuestra lucha no está sola, es la lucha de todos por el derecho de estudiar. Podrán intentar callarnos; pero siempre después del invierno, volvió la primavera.
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Ahora, más que nunca:

¡Exigir la derogación de la LES!


La gran mayoría de los problemas y déficits que sufrimos quienes estudiamos o trabajamos en la universidad tienen su origen en el ahogo presupuestario que impone el gobierno: condiciones edilicias insostenibles, oferta horaria escasa, becas y comedores inexistentes. Todo esto podría solucionarse aumentando el presupuesto.


El caso de la UBA es emblemático: del presupuesto asignado por el tesoro nacional el 96% se utiliza para gastos corrientes. El economista Axel Kicillof ilustra la situación: “(El presupuesto) no alcanza ni siquiera para pagar los servicios como la luz, el gas o el teléfono; menos todavía permite comprar libros, insumos, costosos equipos o reparar edificios e instalaciones”. (Página 12, 01/06/06).

El presupuesto en la LES

Esta situación es una consecuencia directa de aplicación de la Ley de Educación Superior, sancionada por Menen en 1995. Según ella, la asignación presupuestaria estatal debe distribuirse “En base a indicadores de eficiencia y equidad” (Art. 58).


Los parámetros para esa distribución estarían dados por la CONEAU (Comisión Nacional de Acreditación y Evaluación), compuesta mayoritariamente por miembros designados por el poder ejecutivo. Se introducen así criterios empresariales para medir el desempeño de las universidades y se asigna el presupuesto premiando a las que se adaptan a las necesidades del mercado y castigando a quienes se resisten a hacerlo.

Desfinanciamiento estatal financiamiento privado

Por la resistencia de estudiantes y docentes, la LES no fue aplicada a fondo en todas las universidades. Ni todas las facultades están acreditadas a la CONEAU. Sin embargo, la Ley impone un abandono cada vez mayor del financiamiento estatal llevando a que las universidades busquen recursos propios “(…) mediante la venta de bienes, productos, derechos o servicios, subsidios, contribuciones, herencias o tasas por los servicios que presten” (art.59). En términos concretos esto significa que las universidades “vendan sus servicios”.


Una forma es arancelar parte de sus actividades, como sucede con los posgrados y trámites arancelados. Otra es mediante la generación de negocios (como el Laboratorio de Idiomas de Filosofía y Letras de la UBA o las carreras virtuales aranceladas). O aún mediante convenios con empresas, que se traducen en producir conocimiento para aumentar ganancias privadas y convertir, a la vez, las facultades en grandes proveedoras de mano de obra barata o gratis, como sucede con las pasantías obligatorias. Hay casos en que se ha llegado a alquilar sectores de las universidades, como mostró en 2007 la explosión en la Universidad de Río Cuarto (Córdoba), donde murieron 6 personas al realizar una investigación para la empresa De Smet.


El ahogo presupuestario y el consecuente aumento de recursos privados, no tienen sólo como consecuencia el deterioro edilicio o la miseria de los sueldos, sino que también implican directamente a nuestra formación. A través de los convenios con empresas los planes de estudio se ponen al servicio de éstas; así sucedió con las reformas del 2008 en Ingeniería de la UBA.


Además la falta de recursos para la investigación hace imposible el desarrollo científico independiente.

Lucha por presupuesto, lucha contra la LES


Muchas veces los estudiantes y docentes peleamos por aumento del presupuesto: al reclamar aumento de salario, cuando pedimos edificios en condiciones, etc. Sin embargo, el problema del presupuesto es parte de la LES y por tanto las luchas deberían tomar esta bandera.


Mientras peleamos por las reivindicaciones más inmediatas como el edificio de Sociales o de Filo (ver notas) o el centro de copiado en la Unqui, es responsabilidad de los Centros de Estudiantes y las Federaciones preparar una gran lucha nacional por la derogación de la LES, pues mientras el gobierno la siga aplicando no lograremos arrancarle el presupuesto que necesitamos para resolver nuestros problemas.

Fuente: Lucha Socialista n° 209, Septiembre 2010
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