jueves, 1 de octubre de 2009

Paro Nacional por Terrabussi ¡Fuera la policía del establecimiento Reincorporación de los despedidos!

Paro Nacional por Terrabussi

¡Fuera la policía del establecimiento

Reincorporación de los despedidos!

Mientras Cristina se abrazaba con Obama, la policía cumplía sus órdenes y las de la embajada yanky, reprimiendo salvajemente a los trabajadores de Kraft Food (en su mayoría mujeres) custodiando fielmente los intereses de la multinacional norteamericana.

Las grandes patronales, que son las que realmente mandan en el país, pretenden escarmentar a los obreros de Kraft para mostrarle al conjunto de la clase obrera lo que les pasará a quienes se animen a cuestionar los despidos, techos salariales y tarifazos.

¡Cómo puede ser que mientras la caballería pisoteaba compañeras y compañeros, el dirigente de la alimentación Rodolfo Daer y los máximos referentes sindicales, Moyano de la CGT y Yasky del CTA, miraban para otro lado, negándose a convocar a una jornada de protesta!

Sin embargo, a diferencia de los secretarios generales vendidos, millones de argentinos sienten la lucha de los obreros de Kraft como propia; ya que entienden que si ellos triunfan, ganarán todos los que luchan y se debilitarán los patrones, el gobierno y su plan de ajuste.

Por esta razón hay que rodear a los compañeros y compañeras con mucha solidaridad, movilizándose en cada una de las acciones organizadas por la comisión interna y todas las organizaciones que apoyan el conflicto.

Sin embargo eso sólo no alcanza. ¡Para reincorporar a los despedidos y echar a la policía de la fábrica hay que parar el país! impulsando asambleas y plenarios de delegados en todas partes para imponer desde las bases una Jornada Nacional de Lucha… Este viernes se realizarán nuevos cortes y movilizaciones. Llamamos a todos/as a participar activamente:

Todos a los cortes y movilizaciones / Asambleas y plenarios para votar el paro nacional Ni un despido más… / Fuera la policía de Terrabussi

Convergencia de Izquierda

Declaración de Convergencia de Izquierda ¡Todo el apoyo al pueblo hondureño! ¡Abajo el gobierno golpista de Micheletti!

El retorno de Manuel Zelaya a Tegucigalpa, asilado en la Embajada de Brasil, ha provocado una reacción popular que ha puesto en vilo al gobierno de Micheletti y a todo el régimen burgués hondureño, con masivas manifestaciones en la capital, con acciones en los barrios y en todo el país, en un estado casi insurreccional, a lo que se suma la heroica huelga docente de tres meses.
Los gobiernos latinoamericanos le salvan las papas a Micheletti
Han pasado tres meses desde la destitución de Zelaya, pero por la resistencia popular, los golpistas no han logrado consolidarse, a pesar de la política conciliadora y negociadora de Zelaya, que ha seguido al pie de la letra las orientaciones de Hillary Clinton, Obama, Lula y Chávez.

Desde el primer momento, Zelaya buscó una negociación a través del Departamento de Estado, tratando de limitar las exigencias populares al único punto de su restitución. Para ello, apoyó el Acuerdo de Costa Rica, logrado con la mediación de Oscar Arias, que contempla la restitución, amnistía para los golpistas y elecciones presidenciales.

Lo mismo hicieron Chávez y todos los gobiernos latinoamericanos. Cristina Kirchner hizo el papelón, pidiéndole en Nueva York a Obama intervenir con más fuerza. La respuesta de Obama pasará a la historia: “Antes nos pedían que no intervengamos, y ahora piden nuestra intervención”.

Chávez en la asamblea general de las Naciones Unidas declaró que, desde la llegada de Obama al poder, “ya no huele a azufre, sino a esperanza”. ¡El imperialismo se ha vuelto bueno! ¡Obama, con las mismas tropas de Bush metidas en Afganistán e Irán, con sus bases en Colombia, es, según Chávez, “la esperanza”!

Lula, por su parte, ha demostrado ser el hombre de Obama en América Latina, tal como hizo en Haití, comandando las tropas de ocupación, y como hizo en la cumbre de Unasur, apoyando la instalación de bases yanquis en Colombia.

A eso se ha reducido el lamentable papel de todos los gobiernos que se presentan como “nacionales y populares”, o “izquierdistas”, o “socialistas del siglo XXI”.
Las masas desbordan los acuerdos: está en juego la subsistencia del régimen patronal
Lo que ha impedido cerrar la negociación, es la movilización de masas, que ya se ha convertido en casi una insurrección. Esa es la verdadera razón del retorno de Zelaya, orquestada por los gobiernos de Chávez y de Lula: forzar una negociación in situ con el gobierno de facto, para intentar apagar el incendio popular.

La discusión en Honduras ya no es sobre el retorno de Zelaya, sino sobre cómo parar la la movilización que está cuestionando las bases del régimen burgués.

Todos corren a ver cómo echan agua al incendio e impiden el derrocamiento revolucionario del gobierno, que tendría consecuencias fatales para el orden imperialista en la región: en Nueva York se ha reunido el Consejo de Seguridad de la ONU, el FMI ha dicho que solo reconoce al gobierno de Zelaya, Jimmy Carter habló con Micheletti, quien manifestó que está dispuesto a echarse a un lado para facilitar la solución en el marco del Acuerdo de San José auspiciado por Óscar Arias. Ambos, Micheletti y Zelaya, se reunieron con los candidatos presidenciales, Zelaya se entrevistó con el arzobispo auxiliar de Tegucigalpa, declaró que “comenzó el diálogo” y habló con un funcionario del gobierno de Micheletti.

Las negociaciones han servido para que el gobierno de Micheletti se sostenga, a pesar de su fragilidad, y que se vaya llegando a la solución en la que todos coinciden: las elecciones presidenciales de noviembre.

El problema fundamental es que la dirección de la resistencia al golpe está en manos de los seguidores de Zelaya, que lo único que buscan es su restitución, y que han hecho todo lo posible para impedir que se declare una huelga general contra el gobierno.

La izquierda no debe caer en la trampa

Un sector muy importante de la izquierda argentina opina que avanza la derecha en América Latina. Muestras de ello serían el conflicto con el campo en Argentina, la rebelión de la Media Luna en Bolivia, los escuálidos de Venezuela, y el golpe de Honduras.

Algunos llegan hasta a decir que Micheletti es “fascista”. Denunciamos y luchamos contra Micheletti, su golpe y sus medidas represivas, pero de ahí a que sea fascista, hay una gran diferencia, ya que no ha logrado tener ni un solo día estable en el poder, en una relación de fuerzas totalmente desfavorable para él.

Lo que Honduras está demostrando es lo opuesto: las inmejorables condiciones para la lucha de los trabajadores, que han impedido la consolidación de un régimen de facto, que están cuestionando al régimen burgués en su conjunto, avanzando las reivindicaciones más sentidas del pueblo, los trabajadores y los campesinos.

Por esta definición equivocada de que la derecha tiene la ofensiva, la mayoría de las organizaciones de izquierda y trotskistas, están cayendo en la trampa, y colocan como el centro de su programa la exigencia de que Zelaya vuelva al poder.

Lo que está planteado es la huelga general insurreccional con el objetivo de derribar al gobierno de Micheletti, porque existe la verdadera posibilidad de instaurar un gobierno de las organizaciones obreras, campesinas y populares. Es un error exigir la restitución de Zelaya en el poder, en lugar de denunciar que, en lo esencial, hay acuerdo: las elecciones del 29 de noviembre. Lo que se discute es la restitución de Zelaya de aquí a las elecciones.

Cuando Perón fue depuesto en 1955, la corriente morenista se opuso al golpe y planteó que Perón debía renunciar ante un congreso de delegados obreros, que debía nombrar en su reemplazo a un dirigente obrero.

Cuando fue el golpe de 1976, no exigimos la restitución de Isabel Perón, sino que se entregara el poder al Congreso, última institución democrática que existió, y que éste eligiera un dirigente obrero.

Otros exigen que “el Frente Nacional de Resistencia Popular… es el que debería hacerse cargo del poder, para garantizar las tareas democráticas y sociales que la lucha ha puesto en la palestra”.

Es decir, no llama a un gobierno de los trabajadores, sino a que una organización dirigida por los burgueses zelayistas tome el poder, y a que ellos “garanticen” las tareas democráticas y sociales que están al orden del día.

En Honduras hay que convocar a la huelga general inmediata, organizando la defensa popular, para que asuma un gobierno de las organizaciones sindicales y populares, que llame de inmediato a elecciones para una asamblea constituyente, donde se discuta cómo se reorganizará el país y las medidas de fondo que exigen el pueblo, los trabajadores y los campesinos hondureños, como la reforma agraria, el no pago de la deuda externa, y el cierre de la base yanqui de Soto Cano.

Convergencia de Izquierda llama a todos los luchadores obreros y populares a apoyar esta heroica lucha del pueblo hondureño, a realizar pronunciamientos de los organismos estudiantiles y sindicales, comisiones internas y cuerpos de delegados, y a realizar movilizaciones en todo el país para derrotar a los golpistas.

Fuente: www.convergenciadeizquierda.org