lunes, 29 de junio de 2009

¡Abajo el golpe reaccionario en Honduras! - ¡Huelga General ya para derrotar a los golpistas!


Pronunciamiento sobre el golpe de Estado en Honduras y llamado a las organizaciones populares
Comunicado del MAS-Costa Rica - sección de la LIT-CI - 28 de junio de 2009/ 17:00 horas.



Este domingo, en horas de la mañana, fue secuestrado y trasladado a Costa Rica por el ejército el presidente hondureño Mel Zelaya, poniendo en curso un auténtico golpe de Estado en Honduras.

Desde hace semanas, se ha orquestado una oposición reaccionaria que articula a la Corte Suprema de Justicia, al parlamento, a las Fuerzas Armadas, a los dos partidos tradicionales liberal y nacional, a la gran prensa y la jeraraquía de la iglesia católica y evangélicas. A la hora de escribir estas notas, además se encuentran secuestrados varios funcionarios y embajadores.

Todos estos hechos, se explican por la crisis del imperialismo en la región, el agotamiento del neoliberalismo y el aliento que la embajada norteamericana le viene dando a las alas más reaccionarias de la burguesía centroamericana. Honduras es uno de los paises más empobrecidos de la artificialmente dividida nación centroamericana, las décadas de ofensiva neoliberal han llenado de pobres al país y forzado a la emigración a millones de hondureños, mientras que las empresas madereras, mineras, eléctricas se han adueñado del país y lo han saqueado con particular voracidad. Toda la institucionalidad política, la corte suprema de justicia, el tribunal electoral, los partidos políticos parlamentarios, están corroidos profundamente por la corrupción, la venalidad política y el entreguismo al imperialismo.

Este carácter dependiente de la economía hondureña, hace que el control central del Estado y sus instituciones sea de vida o muerte para ella, desde hace un par de años las pugnas entre distintos sectores de la burguesía se han agudizado.

El intento del gobierno de Mel Zelaya, de realizar este domingo una encuesta de opinión sobre la posibilidad de colocar una Cuarta urna en las próximas elecciones presidenciales, donde se le consulte a la ciudadanía sobre si quieren o no una convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente, fue la razón que terminó catalizando las condiciones del golpe de estado.

El gobierno de Mel Zelaya, ordenó a las FFAA utilizar su dimensión institucional para llevar adelante la encuesta, el Jefe de la Fuerzas Armadas (Romeo Vásquez) desacató la orden, motivo por el que fue destituido por el ejecutivo, pero luego restituido por la Corte Suprema de Justicia.

A finales de la semana pasada, el presidente encabezó una movilización para recuperar el material electoral para la consulta, como contra golpea este hecho, la podrida institucionalidad decide declarar ilegal la consulta y ordena al ejército que actue.

Los hechos demuestran con claridad la gran farza “democrática” que han orquestado los gobiernos cipayos centroamericanos en la últimas décadas, años de promesas sobre paz, democracia y respeto a las instituciones no evitaron que al primer tibio intento de reforma y consulta elemental a los ciudadanos se activen los mecanismos castrenses.

Zelaya, no es ni de cerca un gobierno “revolucionario” y “popular”, de hecho elementos claves de la política imperialista en Honduras, -como el TLC y la base militar en Palmerola, nunca fueron puestos en tela de juicio- de hecho el partido liberal ( partido del presidente Zelaya) hace parte de la densa capa reaccionaria que evitó la realización de la encuesta y que arguyendo leguleyadas y tecnicismo quiere justificar este golpe.

Es conocido que las primeras víctimas de los golpes de Estado son los sectores populares. En Honduras, desde el año 2002 los trabajadores y el pueblo vienen generendo multitudinarias luchas en defensa del agua, el empleo, el estudio, los bosques y las más elementales condiciones de vida. Han construido una herramienta clave de lucha la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular y han avanzado en su independencia polìtica presentando condidaturas independientes de luchadores (Carlos H. Reyes, Berta Caceres, Carlos Amaya). Ya el paramilitarismo y el ejercito existían para golpear a esta resistencia popular, el golpe de estado de Michelletti & cìa tiene como uno de sus objetivos fundamentales quebrar, destruir y dispersar la fuerza popular acumulada en estos años.

Pese a que el golpe de estado, se ha producido bajo la mirada y beneplácito de la embajada norteamericana, las instituciones proimperialistas, la OEA (ministerio de colonias de los Estados Unidos) y la Unión Europea quieren “restañar las heridas” y solucionar “desde arriba” el conflicto, dejando intacta la podrida democracia colonial hondureña que facilitó el golpe, como pretende hacerlo el secretario General de la OEA, Miguel Insulza en su viaje diplomático a Honduras.

Nosotros como socialistas centroamericanos e internacionalistas nos ponemos desde ya en las filas de los que rechazan por todos los medios necesarios el golpe de estado llevado adelante en Honduras. Para nosotros solamente las masas tienen el derecho de sacar a este o a cualquier otro presidente del poder. Por lo tanto exigimos se respete la voluntad popular que puso a Mel Zelaya en la presidencia.

Como primer paso para el debate queremos proponer al conjunto de organizaciones sindicales, populares, estudiantiles y democráticas de Centroamerica y América Latina el siguiente plan de acción:

1) Llamamos a derrotar en las calles y con todos los medios necesarios el golpe de estado en Honduras. Las centrales obreras y la CNRP (Coordinadora Nacional de Resistencia Popular) deben convocar a la más amplia movilización popular y a la huelga general para destruir en la calle a los golpistas. Reaparición con vida de todos los ciudadanos y funcionarios desaparecidos y secuestrados. Defensa de todas las libertades democráticas.

2) No reconocimiento y Bloqueo Continental diplomático y económico al gobierno de facto de Roberto Michelletti.

3) Juicio, castigo y cárcel a todos los responsables materiales e intelectuales (jueces, miltares) del golpe.

4) La única salida para garantizar las libertades democráticas en Honduras, es destruir con la movilizaciòn popular a la repodrida institucionalidad que permitió y orquestó el golpe de estado. Sobre las ruinas del bipartidismo y el viejo régimen y apoyados en las organizaciones populares es necesario convocar a una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, que refunde Honduras y que rompa los pactos que atan al país con el imperialismo.