domingo, 5 de julio de 2009

ESPAÑA: Días críticos en la huelga metal de Pontevedra

FOTO:Los manifestantes, custodiados por los antidisturbios, se dirigen a la autovía de Marín en Placeres. Gustavo Santos

Contenido

[1] Cientos de huelguistas colapsan Pontevedra y Marín ante la pérdida de apoyo en la comarca

[2] La huelga que a todos se les ha ido de las manos

[3] La CIG pagará diez euros por cada día de huelga del metal

[4] La patronal del metal da por hecho que el próximo lunes se reanudará la actividad en todas las firmas del sector

Sin haber obtenido ningún resultado, UGT ha llamado a la vuelta al trabajo, y CCOO lo hará en las asambleas del lunes. Sólo la central nacionalista CIG mantiene la huelga, que sigue siendo fuerte, después de 23 días, en Vigo, en la zona de las grandes empresas del metal

Cientos de huelguistas colapsan Pontevedra y Marín ante la pérdida de apoyo en la comarca

Tras intentar paralizar la actividad en Factoría Naval, marcharon hacia la capital fuertemente escoltados por la Policía

http://www.farodevigo.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009070400_15_345140__Portada-de-Pontevedra-Cientos-huelguistas-colapsan-Pontevedra-Marin-ante-perdida-apoyo-comarca

Gustavo Santos

C. GARCÍA - PONTEVEDRA Los trabajadores del sector del metal, convocados únicamente por la CIG, trasladaron ayer sus movilizaciones a Marín y Pontevedra en un intento por conminar a los trabajadores de la comarca a secundar el paro. Tal y como los propios dirigentes sindicales reconocían ayer, se estaban produciendo "fugas", ya que muchos trabajadores han optado por regresar al trabajo. La decisión de UGT aplazar la huelga de forma temporal hacía pensar que el seguimiento del paro podría resentirse todavía más y por eso la movilización de ayer en Pontevedra tenía como objetivo hacer ver que el convenio "sigue sin firmarse".

Uno de los casos conocidos de empresas en los que se mantenía la actividad era Factoría Naval de Marín. A sus puertas se reunieron a primera hora de la mañana de ayer los piquetes de la comarca pontevedresa, así como trabajadores que todavía secundan la huelga. Instantes después desembarcaba en el puerto de Marín y convocados por la CIG los operarios del metal vigués. Llegaban en una veintena de autobuses a un astillero que estaba literalmente blindado por los antidisturbios.

Fue allí donde se produjeron los únicos momentos de cierta tensión, sobre todo cuando divisaron desde el exterior del recinto portuario a algunos de los operarios que mantenían la actividad en Factoría Naval. Fueron recibidos con abucheos y algún insulto pero la cosa no fue a mayores. Un tímido intento por entrar en el recinto portuario zarandeando una de las vallas de acceso fue cortado de inmediato por la Policía Nacional que se posicionó ante el portalón.

Desde las once y cuarto habían cortado la calle enfrente a Factoría Naval y al mediodía los manifestantes, que entonces superaban las dos mil personas, comenzaron una multitudinaria marcha por las calles de Marín provocando un importante colapso de tráfico. Media hora después emprendieron la marcha hacia la capital a través de la autovía de Marín que también quedó inutilizada durante aproximadamente una hora hasta que finalmente alcanzaron Fernández Ladreda. Una vez allí subieron hacia la sede de la Xunta provocando un importante desaguisado de tráfico en las ya de por sí saturadas calles de la ciudad. En todo momento la manifestación estuvo flanqueada por un gran número de fuerzas de antidisturbios.

En un recorrido improvisado, los obreros del metal marcharon pacíficamente hacia el centro de la ciudad a través de la calle Peregrina hacia Michelena, Arzobispo Malvar para llegar hasta Beiramar. Allí la manifestación se dividió para cruzar el río Lérez por dos puentes diferentes, el de Santiago y el de O Burgo, cortando los dos al tráfico. Fue en este punto donde el colapso circulatorio fue mayor ya que los manifestantes inutilizaban arterias tan importantes para la ciudad como Buenos Aires, los dos puentes anteriormente citados y la avenida de Compostela. Allí, en la rotonda de unión de este vial con Juan Manuel Pintos, el tráfico permaneció cortado mientras los obreros celebraban una asamblea.

El hecho de que el recorrido fuese improvisado dificultó la labor de la Policía Local de Pontevedra que tuvo que ir tomando decisiones sobre la marcha para habilitando rutas alternativas para los conductores. Aún así, muchos se vieron envueltos en monumentales atascos.

Sobre las 14,30 horas los manifestantes volvieron a los autobuses y abandonaron la ciudad, normalizándose la situación. La movilización del metal por ambas ciudades había transcurrido sin incidentes destacables más que el estallido de algún petardo y los abucheos a los operarios de algún taller que se pudieran encontrar abierto. El grito más repetido fue el de "o convenio é para todos, tamén para os esquiroles".

Al finalizar la marcha, Antolín Alcántara, de la CIG, se dirigió a los manifestantes para decirles que "tiñamos que vir a Marín e a Pontevedra para estar cos que estiveron sufrindo e aguantando aquí estos días" sin trabajar, mientras otros regresaban a sus puestos "escondidos, como ratas que é o que son".

Añadió que el seguimiento de la huelga, pese a que UGT se desmarcó y ayer CC OO no acudió a la movilización de Pontevedra, sigue siendo del 100% en Vigo y es "más frágil en las comarcas de Arousa y en la zona de A Guarda". En Pontevedra desde la CIG indican que hay "empresas que siguen aguantando" pero reconocen que hay otras en las que se los obreros han regresado al trabajo, algo "normal na dinámica dunha folga que dura tanto coma esta, de 23 días".

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farodevigo.es » Opinión

Editorial

La huelga que a todos se les ha ido de las manos

Faro de Vigo, 5 de julio de 2009

http://www.farodevigo.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009070500_5_345294__Opinion-Editorial-huelga-todos-manos

Quizá lo único evidente después 23 días de huelga y cuatro meses de desavenencias es que el conflicto del metal se les ha ido a todos de las manos. Mañana, lunes, hay una nueva ocasión para acabar con este sinsentido, tras desmarcarse UGT del paro y anunciar CC OO su decisión de someter ese día a votación entre sus delegados la suspensión de la huelga, una decisión que, de materializarse, dejaría sola a la CIG. La fractura sindical es una consecuencia lógica para un conflicto que ha dañado gravemente a los trabajadores, a los empresarios, a los ciudadanos y a la imagen de Vigo y de Galicia en su conjunto. Bastante ardua y compleja va a ser la tarea de restañar todas las heridas abiertas como para prolongar la actual situación ni un día más.

La primera conclusión de este largo conflicto es que ni sindicatos ni empresarios ni la propia Xunta han estado a la altura de las circunstancias. Lo que comenzó como un paro de días acabó por derivar en una huelga indefinida, colapsar la primera ciudad de Galicia, degenerar en episodios de suma agresividad y violencia, sin que nadie acertase a ponerle remedio a tiempo.

La segunda, que todos han perdido. Los sindicatos, porque no han logrado la comprensión de la ciudadanía, incapaz de entender que la negociación de un convenio colectivo pueda ser el verdadero motivo de un conflicto de esta magnitud en un contexto de grave crisis económica como el actual. Los inaceptables incidentes callejeros ocurridos al inicio del conflicto contribuyeron decisivamente a generalizar esa incomprensión social, acrecentada aún más en los últimos días por el intento de afianzar la protesta mediante la generalización de los piquetes. La progresiva pérdida de apoyos se ha visualizado esta semana en esos amplios colectivos de trabajadores que, hartos de no ver la luz al final del túnel, han optado por descolgarse del conflicto y reincorporarse al trabajo. Resulta muy significativo que ese fenómeno se haya producido en localidades como Pontevedra, Marín, Arousa o Baixo Miño, es decir, fuera del nicho de los grandes centros fabriles vigueses.

Pero también los empresarios han perdido, entre otros motivos porque, al igual que les ha ocurrido a los sindicatos, han sido incapaces de explicar con claridad a la sociedad cuál era su posición en el conflicto y las verdaderas razones del mismo, más allá de transmitir el peligro real que supone para la estabilidad de las empresas, el mantenimiento de los puestos de trabajo o la competitividad de nuestro tejido productivo. El intercambio de descalificaciones entre los negociadores de las patronales del metal y el presidente del Clúster de la Automoción -que recriminó a aquéllos con duras palabras en público- provocó, además, una brecha entre los empresarios en el momento menos oportuno.

La división en la patronal del sector que se sienta en la mesa negociadora es, por paradójico que parezca, tan relevante como la que sufre el mundo sindical. Quizá haya llegado el momento de plantearse con valentía si tiene algún sentido que el convenio del metal englobe a cinco patronales con intereses tan dispares como los que representa Asime -que agrupa a los metalúrgicos gallegos, sobre todo a las industrias auxiliares del naval (alrededor de 300 empresas)-, Atra (Asociación de Talleres de Reparación de Automóviles), Foncalor (empresas de fontanería y calefacción), Instalectra (electricistas y telecos) y Feca (que integra a sociedades de todo tipo de la comarca de Arousa). A quién puede extrañar, por ejemplo, que las asociaciones con más pequeñas empresas en su seno (Foncalor, Instalectra y Feca), castigadas sobre manera por la crisis del ladrillo, se resistan a aceptar una subida salarial que las llevaría por delante.

Y, finalmente, también la Xunta ha perdido crédito como institución mediadora. Es cierto que al nuevo gobierno le ha sorprendido el conflicto con las maletas casi sin deshacer y se ha topado con esa herencia nada más tomar posesión, pero también lo es que nunca ha dado la sensación de estar en condiciones de liderar una solución o, llegado el caso, forzar un acuerdo de mínimos que salvaguardase el interés general. Si ya era de por sí complicado encontrar una solución en este enmarañado escenario, las sospechas de que está siendo manipulado políticamente lo enturbia todo aún más.

Por eso el conflicto no puede seguir ni un día más. Porque todos han perdido ya demasiado y a todos se les ha ido de las manos.

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La CIG pagará diez euros por cada día de huelga del metal

http://www.abc.es/20090704/galicia-galicia/pagara-diez-euros-cada-20090704.html

DAVID BALADO / PATRICIA ABET | SANTIAGO/VIGO

Sábado, 04-07-09

El responsable de la negociación colectiva de la CIG, Antolín Alcántara, anunció a última hora de la tarde de ayer en Pontevedra la intención del sindicato de remunerar con diez euros por cada día de paro a los trabajadores que apoyaron la huelga. Aquellos que lleven más de un año afiliados a dicha organización cobrarán veinte euros. «Nos damos cuenta de que, los que lleváis de lucha todos estos días vivís una situación, sino dramática, por lo menos preocupante», explicó el líder de la central nacionalista para justificar esta medida.

A fin de hacer efectiva esta disposición, se recogerá una copia de las nóminas de los meses de mayo y junio con el propósito de certificar los días de paro y abonar las correspondientes pagas. En palabras del propio Alcántara, «la lucha se hace así, aguantando y ayudando, actuando solidariamente, sino, no tiene sentido», manifestó.

A pesar de lo dicho, el responsable sindical apostilló: «Sé que no es mucho pero os va a ayudar, y sé que lo necesitáis». Tras anunciar esta medida, apeló a la resistencia de los empleados del naval para ganar la negociación.

Peregrinación a Marín

Por la mañana, y antes de que se hiciera pública esta decisión, la central sindical intentó trasladar las protestas a la villa de Marín. Unos mil trabajadores del metal intentaron acceder al recinto portuario de la localidad, con la intención de frenar la actividad de la factoría naval.

Numerosos agentes antidisturbios y más de 30 furgonas de la Policía Nacional se desplazaron a la zona para controlar la protesta y evitar que la situación de tensión diera lugar a altercados entre los implicados.

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La patronal del metal da por hecho que el próximo lunes se reanudará la actividad en todas las firmas del sector

Localidad: vigo |

Fecha de publicación:

La Voz de Galicia 4/7/2009

http://www.lavozdegalicia.es/dinero/2009/07/04/0003_7826816.htm

El presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP), José Manuel Fernández Alvariño, cifró ayer entre un 30 y un 40% los puestos de trabajo, sobre un total de 27.000, que peligran por la huelga de los trabajadores del sector metalúrgico de la provincia, tras su vigésima tercera jornada. Alvariño auguró que lo peor será «el efecto a posteriori» que tenga este conflicto, especialmente por la «poca credibilidad» que ofrecerá la provincia pontevedresa ante potenciales inversores debido a la huelga.

«Lo que sé es que en todos los telediarios chinos está saliendo el conflicto del metal de nuestra provincia, con un proceso de conflictividad difundido a nivel internacional», lamentó el máximo responsable de los empresarios de la provincia, quien añadió que diferentes consultoras económicas consultadas por la CEP les han alertado de que Vigo «sale negativo en todo» en los informes realizados por estas compañías. Por otra parte, el portavoz de los empresarios del metal, Enrique Mallón aseguró que el seguimiento de la huelga ha caído hasta un 7% en los últimos días y dio por hecho que el lunes no habrá ya huelga.

«El lunes se va a trabajar con normalidad en todas las empresas», aseguró el portavoz de la patronal, que calificó el desenlace del conflicto como «el mayor fracaso sindical de toda la historia del metal, cuyas principales víctimas son los trabajadores», afirmó.


FUENTE: Grup de Noticies.

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